jueves, 4 de noviembre de 2010

VIGENCIA

¡Shooock Cultural!

En la época en que nuestro país no había caído aún bajo el imperialismo, la dependencia y el terrorismo de los sociólogos, hasta el perro marrón sabía que nuestra burguesía la componían dos grupos: 1) la gente de la sociedad y 2) los que soñaban con llegar a ser “gente de la sociedad”. Entonces, un personaje servía de puente entre los primeros y los segundos: el consejero social. Verdadero pionero de nuestra sociología costumbrista, en vano trató de enseñar con sus libros que la uva debía comerse con cuchillo y tenedor. Yo conocí a un consejero en una de las camas del entonces Hospital de Clínicas, cuando se trataba de volverlo a la vida con una terapia intensiva sobre la base de platos de sopa. El destino catastrófico de aquellos autores y la indiscutible decadencia de la alta sociedad, nos permiten una deducción concluyente: la gente de antes no leía.
Más tarde, la aparición de los sociólogos daría nacimiento a la sociedad de consumo. Fue entonces cuando todo cambió tan vertiginosamente que muchos no llegaron a percibirlo y aún siguen reclamando el cambio. La otrora gente de la sociedad se sintió desplazada, reemplazada, igualada o absorbida por nuevos grupos, igualmente exclusivos, que se las ingeniaron para tener gestos propios, lenguajes crípticos y códigos secretos. Pero algo no fue reemplazado: el famélico consejero social. Padre espiritual de los sociólogos, sus hijos no se preocuparon por ofrecerle un papel sustitutivo en la sociedad que habían levantado. Preocupados en su tarea de explicarnos por qué las cosas fracasan, dejaron en la orfandad a los marginados de los nuevos núcleos exclusivos, mientras se dedicaban a proclamar la igualdad de posibilidades para todos.
Pretendo, sin el menor gesto de humildad, llenar ese vacío, rescatando para mí el olvidado título de consejero. Podrá haber quien sostenga que en nuestra sociedad de consumo ese título fue reemplazado por el de “asesor”. Personalmente me opongo a aceptarlo hasta tanto la ciencia no descubra para qué sirven los asesores. Hago responsables a los sociólogos, de haberme impuesto la necesidad de buscar un papel en esta sociedad móvil y lo asumo, seguro de que, llegado el momento, el Hospital de Clínicas no me rechazará. En este primer intento, trataré de que todos, sin exclusiones ni proscripciones, puedan ingresar al mundo de la cultura nacional, ponendo al descurbierto algunos de sus códigos más ocultos. Como corresponde a mi rol, lo haré a nivel de divulgación, sirvan estas líneas de catecismo de iniciación. RESULTA INNECESARIO DEJAR A SALVO LA CULTURA REAL Y SERIA QUE – OBVIAMENTE- PERMANECE OCULTA Y A NADIE LE INTERESA. SU FALTA DE PROMOCION LA COLOCA FUERA DEL MERCADO CONSUMIDOR. CONCRETAMENTE, ME REFERIRE A LA CULTURA QUE DA STATUS. A LA QUE PERMITE CONVIVIR CON LOS QUE SE REUNEN PARA TOMARSE EXAMEN MUTUO. EN UNA PALABRA, SE TRATA DE SABER COMO SE HACE PARA PARECER CULTO SIN TOMARSE EL TRABAJO DE SERLO. SEA NUESTRO LEMA: LO MAS IMPORTANTE DE NUESTRA EPOCA ES PARECER IMPORTANTE.

De: Como parecer culto y poder alternar con los intelectuales – Raúl Urtizberea.

Este librito de tan poquitas páginas y letra grande. Lo compró o mi papá o mi mamá, por aquellos años 70 u 70 y algo. Desde que lo descubrí por el 96, masomenos, ha sido uno de mis libros de cabecera. Nuna pude dar con el autor, ni pude comprar otro ejemplar.
Hoy con la fuerza de internet, se qué algo podré saber, de tan inteligente muchacho.
Si miramos con detenimiento hay una similitud con varias interpretaciones que hoy, algunos actores, y comediantes hacen de la realidad.

Herederos?

Un placer es cuando las cuestiones del pasado redimensionan el presente.

Y yo, soy un hedonista, auténtico.

2 comentarios:

  1. Es que es casi imposible salirse de ese circulo vicioso que te genera la sociedad cuando (una obviedad) nosotros mismos somos (en gran medida) parte de todo eso.
    Con respecto a lo que me respondiste de tu entrada anterior te digo:
    1) eso que planteas (de hacer lo inesperado) me hizo acordar mucho a un libro que se llama "el cisne negro". Habla del impacto de lo improbable... así que si te llama la atención el tema (que creo que si, porque vos mismo hablaste sobre eso) supongo que te va a interesar.
    2) te dejo mi correo asi me adjuntas la cancion que me dijiste: lara.armada@hotmail.com

    Un saludo!

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  2. tendré en cuenta al cisne negro. Me encantaría ahondar más en el efecto de lo improbable. Excelente recomendación muchacha. Gracias de nuevo. Ahi le mando mi "onírica" o "balada de la implosión dual"

    tiene los dos nombres.

    abrazo y gracias de nuevo.

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